Un hombre que vivia en Buenos Aires soñó que en un lugar de la selva un león estaba a punto de comerse a un niño. En el sueño, el león tenía abiertas sus fauces y a su lado el chico estaba paralizado de miedo. Cuando el león abrió aún más su boca y estaba a punto de tragarse al chico, el hombre se despertó. Todavia asustado por la pesadilla, el hombre saltó de la cama y caminó hasta la ventana de su cuarto. Estiró los brazos y bostezó largamente. El chofer de la línea 39, que justo pasaba, quedó contagiado de su bostezo. La viejita que estaba parada en la vereda, esperando que pasara el coche que llevaba al presidente argentino y al de Senegal, bostezó contagiada por el colectivero. Al pasar saludando el presidente argentino miró a la viejita y bostezó. Su colega de Senegal también bostezó. La imagen de los dos presidentes bostezando pudo verse en un hotel de la República de Senegal. El recepcionista del hotel vió en el televisor de la recepción las dos bocazas bostezando y se le ocurr
Comentarios
Entre el amor y el odio hay un paso y una patada en el culo.
Abrazo
Fran, tal cual, tu lo has dicho.
bienvenido te espero seguido.
Lux, despecho, que le dicen, no?
Abrazos.