Mi Vieja Pieza

Cuando voy a la casa de mi vieja (muy de vez en cuando) siempre entro en la que era mi pieza. Abro el placard y todavia están ahí esos dibujos, esas firmas que con marcadores indelebles hicimos junto con mis amigos del secundario.

Miro por la ventana y veo el mismo pasto ahi abajo que miré por años. Pero no es el mismo. Y Yo tampoco.

En la pared sigue pegado ese afiche que dice aún que Blanca Flor toca el sábado 10 de Septiembre del 94 en Francisco Alvarez.

Quedan dentro del placard algunos libros que me ayudaron en su momento a no aburrirme tanto.

El grabador que me acercaba al Negro Dolina, a Lalo Mir, a Bobby Flores, a Caldiero...

Y están cada uno de los momentos que viví ahí. Los siento cada vez que voy. A veces hasta los extraño.

Llantos. Besos. Músicas. Broncas. Soledades. Compañias. Todo.

La última vez que entré a mi pieza me dio pena verla así. Vacia, fría. Casi sin vida diria. Fue como ver a alguien despues de mucho tiempo y verlo mal, como que le pegó el paso del tiempo.

Una vez escuché por ahí que las ondas de radio permanecían por tiempo indeterminado en el espacio y que con los avances de la ciencia se podría en algún momento recuperar transmisiones radiales de, por ejemplo, la segunda guerra mundial.

Supongo que en mi pieza, en su espacio de 3,5 x 4 metros, están aún flotando todos esas charlas, esos llantos y esas canciones que me hicieron compañia mientras trataba de crecer.