Un Cuento Para Joaquin
Cuando Joaquín era chiquito, más chiquito en realidad, a la noche después de comer nos habíamos acostumbrado a que se quede un rato mirando la tele en su pieza y después alguno de nosotros dos iba con el a la pieza y lo acompañaba hasta que se dormía. Para lograr que se duerma cambiábamos de canal y el se daba vuelta y se dormía al toque. Aunque a veces en que no podía conciliar el sueño rápido pedía un cuento, por eso hoy que cumple 9 le quiero regalar uno de esos cuentos que le inventaba cuando tenía dos o tres años para que se duerma y que en general tenían que ver con trenes y el personaje “casualmente” se llamaba Joaquín. Ahí va:
Había una vez un pueblo pequeñito en la provincia de Buenos Aires, a donde el tren no llegaba hacia muchos años. Allí vivía Joaquín, un nene de tres años que iba todos los días al jardín de la mano de su papá. Para llegar tenían que cruzar las vías del ferrocarril, que estaban algo oxidadas. Cada vez que cruzaban Joaquín le preguntaba al papá algo que tuviera que ver con el tren:
- ¿Cuantas veces pasaba por el pueblo?
- ¿Cuántos vagones llevaba?
- ¿Iba rápido?
Y muchas cosas más que el padre le respondía con mucho entusiasmo.
Un día que no había clases, creo que era domingo, Joaquín jugaba con sus trencitos de madera en el fondo de su casa que quedaba a tres cuadras de las vías y a cinco de la estación, su papá Leia el diario en la cocina y la mamá estaba preparando una torta para más tarde cuando oyeron un sonido que hacia mucho no se oía por el pueblo:
- Túúúúúúuúúúúú´!
- Túúúúúúúúúúúú´!
Se escucho a lo lejos.
Los papas salieron a la puerta de la cocina que daba al patio donde jugaba Joaquín y entrecerraron los ojos y levantaron el mentón mirando al cielo, como si con esto pudieran escuchar mejor. Joaquín había dejado de jugar al oír ese ruido que no conocía más que por la tele pero que le sonaba muy familiar y miraba ahora hacia arriba, parado en el medio del patio y con su locomotora de madera en la mano.
La mamá mientras se sacaba el delantal de cocina, y lo revoleaba le dijo a su hijo que vaya a buscar las zapatillas rápido que iban a salir, mientras, el papá había dejado la lectura y estaba sacando las bicicletas del galpón del fondo y apretaba con los dedos las ruedas para ver si estaban bien infladas.
Cuando salieron los tres a la vereda eran varios los vecinos que iban hacia el lado de la estación. Joaquín subió con su padre y la mama en la otra. Cuando llegaron a la estación pudieron ver a los lejos una luz bien brillante y amarilla que se hacia cada vez más grande y que venia del lado de Buenos Aires meta tocar bocina.
Cuando estuvo a unos ciento cincuenta metros de la estación los ojos de Joaquín eran tan grandes como las luces de la maquina y cuando llegó al anden levantó algo de tierra lo que hizo que Joaquín cerrara los ojos. Cuando los volvió a abrir vio delante suyo una maquina de verdad. Igual a la que todavía tenia en la mano y no soltaba, pero grande, mucho mas grande. El tren estuvo hasta la tardecita en la estación esperando que lo autoricen a seguir y le dio tiempo suficiente a Joaquín para recorrerlo de punta a punta varias veces de la mano de su padre. Cuando se fue, Joaquín y su familia volvieron a su casa, cenaron, se fue a acostar y se durmió abrazado a su maquina de madera. Soñó toda la noche con trenes que llegaban a “su estación” y desde ese día cada vez que cruza las vías mira para ambos lados buscando esa luz brillante y chiquita de aquella tarde y esperando otro tren que vuelva a quitarle el oxido a la vía.
Y colorín colorado este cuento se ha terminado.
Y colorín colorete, este cuento es de juguete.
Feliz Cumple hijito.
Comentarios
Vos también haciéndome llorar! Qué les pasa a ustedes últimamente, che!
Escribís re-lindo, re-vívido, re-real! (y dale con los "re"). Pero en serio, me sorprendió cómo llega al corazón este cuento!
Mandale un abrazote grande a Joaquín, con un beso de feliz cumple!
Y otro abrazo para vos también.
No deberías haber sido escritor? Hablo en serio.
le digo la verdad.
abrazo
Le pongo un toque de onda nomás!
Gracias por el saludo, se lo doy.
Un beso a vos tambien.
Miralunas: Gracias por el saludo y tus palabras siempre calidas.
Un beso.
Vengo atrasada con los comentarios
Un feliz Cumple a Joa un poco atrasado!!!
Y que se cumplan sus deseos!!!
QUe padrazo sos TAVO!!!! que hermoso cuento, me gusto mucho mucho, segui mimando asi a se peque, no importa que ya tenga 9 o mas, mimalo con estos cuentos, porque te salen muy bien!!!
Besotes al peque y a la familia