Despertares

Siete menos cinco sonó el despertador del celular. Igual me había despertado un ratito antes por la claridad que entra cada mañana por la ventana. Me senté un par de minutos después como para empezar a despertarme. Mientras masticaba aire levanté la vista y lo vi a Poroto, que también se levantaba para llevar a su mujer al trabajo y su hijo al cole y después ir al taller a laburar. El "camello" ya se había levantado y salia del dormitorio para el vestuario: a las nueve tiene que estar en el Bingo de Ciudadela.

Hernán duerme, igual que el Rafa que recién llegó del trabajo y "el paraguayo" que se acostó más tarde porque se quedó limpiando el vestuario.

Buba no vino a dormir. Es raro...Guille se tendría que estar levantando pero también vino tarde y está recuperando sueño.

Mientras me lavo la cara me doy cuenta de la cantidad de historias diferentes que viajan con cada uno cuando nos subimos al camión con un fin en común.

Todas esas historias tienen un lugar donde se unen que es el Cuartel. Y todos deseamos en algún momento del día estar ahí en el Cuartel.

Los que tomaron el Cuartel como su casa, luego de fracasar en su intento de formar familia; los que no tienen esa familia; los que no cuentan demasiado pero que suponemos que prefieren estar en el Cuartel que en su casa.

Los que nos quedamos a dormir los días que tenemos guardia y sentimos ésto como una pausa en la rutina que se da cada diez días.